Hace diez años que el DJ italiano se instaló en Uruguay e hizo de El Farolito su casa del funk con el ciclo Funktastic cada miércoles.

Cuando Leo Ferraro abre la puerta de la casa en la que —esta vez— duerme en Montevideo, lleva puesta una camisa floreada en negro y amarillo, un aro de plata que cuelga de su oreja derecha y se tambalea como un péndulo, y dos anillos, también plateados, que tiene en el tercer dedo de cada mano, los mismos que brillan en la noche al aplaudir sus palmas siguiendo el ritmo de la música que selecciona cuando es Zingabeat y está parado detrás de las bandejas coloridas que usa para ser DJ. Es alto y de pelo morocho con rulos desordenados…